Cada día nos enfrentamos a algún reto diferente, algunos más fáciles y otros más difíciles, pero siempre con mucha voluntad por delante, intentando evitar que dicho reto pueda con nosotros. Los retos son como una carrera hasta la meta o como una escalada hasta la cima, hay que intentarlo por todos los medios, coger caminos alternativos, esquivar obstáculos, aguantar ante los cambios que pretendan hacer que no estemos preparados... Todo tipo de inconvenientes que nos podamos encontrar, pero, que con fuerza de voluntad y valentía podremos conseguir. Y es que, nunca he estado más de acuerdo con un dicho: "Querer es poder".
Mucha gente dice que eso no es verdad, que por mucho que quieras algo no vas a poder. Es más, recuerdo que alguien me dijo una vez que, si tan cierto es ese dicho, ¿Cómo puedo volar si es lo que más quiero en este mundo? ¿A caso me saldrán alas de un día para otro? A lo que yo respondí: "¿Se necesitan alas para volar? Quién dice que no puedas conseguir la manera de conseguir ese propósito por otro camino, igual que existen cosas artificiales para otros objetivos, también se puede volar con alguna máquina. Si no existe la inventas, es ahí donde empieza ese reto por el cual debes luchar".
Hay muchos retos a lo largo de nuestra vida, empezamos con el reto de aprender a andar y luego a hablar y así sucesivamente hasta que perdemos la cuenta y creemos que es algo monótono. No nos damos cuenta que día a día tenemos cientos de retos muy sencillos, lo que explica el por qué nos parece una rutina y no nos damos ni cuenta. Luego llegan -mayormente- los cursos difíciles del instituto, el agobio de la P.A.U y los exámenes diarios de la Universidad, los cuáles notamos un poco más hasta el punto en el que algunas personas llegan a tener crisis de ansiedad. Nos menospreciamos, no nos valoramos lo suficiente y esto nos lleva a una continua inseguridad que puede con nosotros en muchos casos. La única manera de conseguir lo que nos proponemos es confiando en nosotros mismos, después de confiar viene todo lo demás, la fuerza de voluntad entre otros.
Para acabar, me gustaría dedicar esta entrada a la chica más maja, honrada y con la sonrisa más perfecta que conozco la cual me ha dado esta idea y me ha incitado a seguir escribiendo, Noe.
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