Un día estás aquí, otro día estás allá... no me podría imaginar una vida sin ti, sin poder decir "¿quedamos?" y que aceptes la invitación y pasemos un rato juntos increíble. Tener que hablar por programas de videollamadas para no olvidar tu forma de sonreír o tus gestos con cada cosa que digo...
Muchas veces creemos que la vida está llena de cambios constantes de personas que entran y salen de nuestras vidas, pero nunca me podría imaginar que una de esas personas que sale de ella eres tú, porque por mucho que lo quieras negar, irte tan lejos (6 horas de diferencia horaria, solo -nótese la ironía) nos acabará separando, y la verdad, es lo que menos me apetece a día de hoy, perderte.
Ojalá pudiera hacer algo para evitar que tuvieras que decidir entre estar en un lugar u otro, ojalá pudieras teletransportarte cuando te apeteciera y poder vernos cuando quisiéramos. Ver que no estás, pestañear y que aparezcas como por arte de magia para hacerme pasar un rato más igual de maravilloso que los otros que hemos pasado juntos.
Quizás para ti no sea mucho, quizás sea un amigo o algo un poco más que eso. Pero, a mi me parece que te conozco desde siempre y que voy a perder a alguien que conozco desde toda la vida.
Día a día nos desplazamos en espacios cortos, es decir, en lugares -generalmente- cercanos a nuestro hogar. No sabemos dónde estaremos mañana, puede que donde mismo, puede que a 400 kilómetros, puede que ni siquiera existamos. Que no tengamos más que un lugar fijo para todo lo que quedará de nosotros hasta que nos convirtamos en polvo y por alguna razón no seamos más que otro microorganismo del planeta que algún día fue una persona que pensaba y sentía. El futuro es incierto y por muchas historias que afirmen existir nadie ni nada sabrá que será de nosotros mañana. Estamos acostumbrados a planear nuestra vida, o, incluso, el día de mañana: Qué haremos, con quién pasaremos la mayor parte del tiempo, qué comeremos y dónde... Muchas veces estos planes se cumplen pero, otras, no ocurren ni por asomo como esperábamos que sucediera. Esto lleva a continuas preguntas: "Por qué estoy aquí", "Dónde estaré mañana", "Qué será de mí en aquella ciudad a la que me mudaré". Sobretodo, el último ejemplo se puede dramatizar y pensar que durante el viaje de la mudanza ocurra un accidente y ni lleguemos a nuestro lugar de destino. Todo gracias a nuestra gran enemiga, la muerte. Solo podemos saber algo, 10 de cada 10 personas mueren, algunas viven más, otras menos; algunas viven bien, otras mal...
Estoy casi seguro de que muy pocas en esta vida pueden ser seguras al 100%, algún día moriremos, algún día lloraremos -de pequeños por lo menos-...
Por otra parte, algunas personas creen en el destino, que desde que vivimos tenemos predefinido nuestro futuro y lo que pasará a lo largo de nuestras vidas y que eso no cambiará por mucho que queramos, sinceramente, dudo que exista el destino. Esta teoría es fruto de la imaginación, solo existe el azar, el margen de probabilidades es casi infinito, sobre todo en el transcurso de la vida, cualquier cosa nos puede influir y hacer tomar una decisión u otra, también pasa con la interacción con los demás seres humanos y el resto del mundo, solo hay una predisposición en origen, como la posibilidad de tener una enfermedad a través de la genética, que escojamos un deporte u otro para practicar. ¿Qué hubiera pasado si a Nadal le hubiera dado por jugar al fútbol y no al tenis?, no sería famoso y dudo que tan bueno como es considerado por jugar a dicho deporte.
En definitiva, un día estamos aquí de cierta manera y otro día estamos allá de otra distinta.
Estoy casi seguro de que muy pocas en esta vida pueden ser seguras al 100%, algún día moriremos, algún día lloraremos -de pequeños por lo menos-...
Por otra parte, algunas personas creen en el destino, que desde que vivimos tenemos predefinido nuestro futuro y lo que pasará a lo largo de nuestras vidas y que eso no cambiará por mucho que queramos, sinceramente, dudo que exista el destino. Esta teoría es fruto de la imaginación, solo existe el azar, el margen de probabilidades es casi infinito, sobre todo en el transcurso de la vida, cualquier cosa nos puede influir y hacer tomar una decisión u otra, también pasa con la interacción con los demás seres humanos y el resto del mundo, solo hay una predisposición en origen, como la posibilidad de tener una enfermedad a través de la genética, que escojamos un deporte u otro para practicar. ¿Qué hubiera pasado si a Nadal le hubiera dado por jugar al fútbol y no al tenis?, no sería famoso y dudo que tan bueno como es considerado por jugar a dicho deporte.
En definitiva, un día estamos aquí de cierta manera y otro día estamos allá de otra distinta.
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