Una mueca rara, te tiemblan los labios, seguido de un apretón de los ojos, mientras permanecen cerrados sale la primera como aviso de lo que viene. Detrás de la primera lágrima salen más como si de un bucle infinito se tratase, cada una de ellas lleva grabada la palabra sufrimiento. Cada una es un recuerdo, una razón por la cual tienes para llorar, una forma en la que serías feliz pero no tienes. Corren por la mejilla hasta llegar a la barbilla, caen al suelo y se desvanecen, tan rápido como tu felicidad. Solo te queda resignarte a verlas caer y dejar que algo cambie para que el sufrimiento pare. Llora, siente.
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